Si hablamos del Maratón de San Sebastián, hablamos de una carrera con más de 40 años de historia, la segunda más veterana del suelo estatal.
La historia del Maratón de San Sebastián comienza un 15 de octubre de 1978. Por tanto, después de Madrid (21 de mayo), es la segunda más antigua de cuantas se celebran en España. Para repasar su trayectoria, hace algunos años El Diario Vasco juntó a dos personas que vivieron muy de cerca la gestación de nuestro maratón. Patxi Ripalda y Juanjo Ozkariz, hoy convertidos en jueces honoríficos de la Real Federación Española de Atletismo. Por aquel entonces ocuparon unos cargos específicos dentro del organigrama del desarrollo logístico de la carrera.
El donostiarra Patxi Ripalda estuvo como presidente de la FAG durante 12 años (de 1988 a 1996 y de 2000 a 2004), presidente del Colegio de Jueces de la FAG, juez en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, juez nacional y participó en sus primeras ediciones. “Yo era un atleta de velocidad. Dada la expectación que surgió con la organización de este maratón, me animé a prepararlo. Tengo que decir que mi musculatura sufrió mucho. Guardo con mucho cariño la medalla y el diploma, que está firmado por el tolosarra ya fallecido José María Imaz, presidente en aquel momento. El artífice de todo fue el malogrado Rafa Puignau. Rafa era un gran aficionado al atletismo. Había estado en Campeonatos de Europa y venía encantado de estas experiencias. Nos comentó la posibilidad de organizar un maratón en la ciudad. Entonces, un grupo totalmente amateur nos pusimos manos a la obra. Puedo decir que el desarrollo del maratón fue prácticamente artesanal. Nos ayudó mucho también Gaspar Esnaola, dos veces ganador en 1981 (2h24') y 1983 (2h18')”.
El también donostiarra Juanjo Ozkariz reafirma las palabras de su amigo Patxi. «El creador e ideólogo fue nuestro querido y recordado Rafa Puignau. Era un gran apasionado de este deporte y siempre estaba al día de todo lo que pasaba en el mundo atlético».
Medición manual, chips...
Lo que comenzó de forma artesanal, poco a poco fue avanzando con la introducción de una mejor tecnología que facilitaba en gran medida la logística de la prueba. «Era una locura. El recorrido de la primera edición era una vuelta de cuatro kilómetros y dos de 19. Para la homologación utilizamos la rueda y resultó ser un desastre porque el asfalto estaba muy bacheado. En las sucesivas ediciones empleamos la cinta métrica. Su sistema resultaba muy laborioso y nos llevaba hacerlo varios domingos. Salíamos un grupo de jueces, uno se ponía el primero y cada 25 metros el siguiente hasta llegar a los cien y así hasta completar los 42,195 kilómetros. El recorrido pasaba por el Paseo Nuevo. Posteriormente se decidió eliminar este punto por los fuertes embates de las olas. Participaron unos 2.500 atletas, muchos de ellos muy jóvenes, hoy algo prohibido e impensable. Era llamativo ver cómo todos los hombres llegaban sangrando de los pezones. El material deportivo; zapatillas, mallas... no era el de ahora. El control se realizaba de forma manual y el dorsal se llevaba impreso sujeto con imperdibles en la camiseta. Luego llegó el chip atado en la zapatilla y en la actualidad se lleva el que va incorporado en el propio dorsal».
En la década de los setenta no era habitual ver a mujeres haciendo running, menos aún participando en carreras de maratón. La tolosarra Lourdes Gabarain fue la pionera al ser la primera mujer del estado en acabar un maratón oficial. En 1977, fecha en las que aún no se celebraban maratones en España (excepto el estatal anual para atletas federados, donde no participaban las mujeres), Lourdes, sin cumplir la mayoría de edad, debutó en la localidad francesa de Burdeos, donde marcó 4h 51' y 32". La hernaniarra Rosi Talavera, siendo una jovencita de 17 años, se impuso en la primera edición de 1978 con 3h27' batiendo el récord de España de la época. «En sus primeros años el número de chicas era insignificante. Está muy bien que ahora haya cada vez más mujeres corriendo. Año a año el porcentaje femenino sube. Hay que seguir potenciando su presencia para conseguir que la participación masculina y femenina sea más igualitaria».
La competición femenina dio un salto cuantitativo muy notorio. Hasta el momento los mejores registros estaban en manos de la entrañable atleta andoaindarra María Luisa Irizar con tres triunfos en este circuito, logrando su mejor crono en 1987 (2h 36' 11"). Cinco años tuvieron que pasar para que Ana Isabel Alonso la superara (2h 35' 34"). La palentina ganó en tres ocasiones, dándonos a tantos aficionados al atletismo el gustazo de presenciar en 1995 el récord de España con un fantástico crono de 2h 26' 51", una marca que aún perdura en el historial de la prueba.